Con el próximo fin del Título 42 anunciado por Estados Unidos, México no estará dispuesto a aceptar 100 mil centroamericanos expulsados de ese país, aseguró ayer el canciller Marcelo Ebrard.
En entrevista, señaló que las medidas anunciadas por el gobierno de Joe Biden ante el final de la política migratoria implementada en la era Trump, que con el argumento de la crisis sanitaria de covid-19 obligó a los solicitantes de asilo a esperar en México la resolución de sus procesos ante las autoridades estadunidenses, buscan que se “desplome el número de personas que llegan a Estados Unidos”.
Consideró que “esto ya se vio en enero con los venezolanos”, y en los meses siguientes hubo días en que únicamente fueron devueltos al país cinco ciudadanos de esa nación, afirmó Ebrard luego de reunirse con integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).
Expuso que serán el Instituto Nacional de Migración y la Secretaría de Gobernación las que anunciarán las medidas que tomará México frente a la conclusión del Título 42, y que el gobierno mexicano ha planteado a la administración Biden que se requiere aumentar las vías legales para la migración. “Nos dijeron que van a mantener la decisión de que haya 30 mil venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos al mes con este procedimiento, que es una app (visa humanitaria) que ya está funcionando.”
Destacó que Estados Unidos también informó que ampliará la política de visas humanitarias para 100 mil personas de Guatemala, Honduras y El Salvador. “Nosotros vemos muy positivo esto, que se pueda incrementar”, opinó.
Interrogado respecto a cuál es la ganancia que obtendrá México al aceptar recibir a los expulsados, indicó: “que la gente pueda tener un acceso. Nosotros hemos insistito en que haya un camino regular, nunca se había dado con centroamericanos; estos 100 mil significan un avance muy importante”.
El canciller se reunió en un hotel de la Ciudad de México con líderes de diferentes sindicatos, a quienes expuso lo que ha promovido el gobierno federal ante las autoridades de Estados Unidos y Canadá respecto a los paneles laborales, que sienten que “aún no les están funcionando como favorables, y otros quisieran que haya también en la Unión Americana cuando se atropellan derechos del trabajo”.
Ebrard acordó con la UNT establecer un foro permanente “para que puedan dar sus puntos de vista y exponer lo que piensan que deba hacerse en un futuro, por que quieren o proponen reformas de ley y fiscales, y otros asuntos importantes”.
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